Hace tan solo un par de meses cumplí 54 años, y la verdad es que no me espera ningún regalo especial por parte de mi familia, pero sinceramente este año he quedado gratamente sorprendido, porque me regalaron este sofá de masaje y estoy maravillado con él. Desde que me lo regalaron no hay día que no lo haya utilizado. Siempre he sufrido de muchos dolores en la espalda debido a mi trabajo, pero desde que tengo la ‘masajista en casa’, estoy disfrutando como un niño pequeño.
Sin duda alguna puedo decir que se trata del mejor regalo que he recibido nunca. Y es que no solo vibra como muchos otros sofás de masajes sin más, también aplica calor en la zona de las lumbares. Estuve leyendo el manual y parece ser que dispone hasta de ocho motores, de ahí que tenga tanta potencia. El masaje que me proporciona este sofá es perfecto, es como si fuese a consulta de una masajista a gozar de un masaje, pero sin tener que moverme de casa y disfrutando de ella siempre que quiero.
A mí me regalaron el modelo de color negro, aunque me dijeron que también había en tono marrón oscuro, marrón claro y beige. Yo personalmente me quedo con el color negro. Lo bueno es que no sólo ha logrado que mi espalda ya que no tenga dolores, sino que en general, me siento mucho mejor en todos los aspectos, porque trata todo el cuerpo. Con el mando que tiene el sillón puedo aumentar o disminuir la intensidad, así como elegir la zona que quiero tratar en cada momento. ¡Es una pasada!
Verdaderamente es una maravilla, no tengo palabras. Cuando llegue el día que este sillón se me muera, tengo claro que iré corriendo a comprar otro. Ahora ya no sabría llegar a casa y no poder disfrutar de mi masaje diario después del trabajo.