Utilizar gas natural para poner a funcionar los aparatos del hogar es un procedimiento sencillo; sin embargo, la adecuación del sistema no debe tomarse a la ligera, por el contrario,es una responsabilidad que sin excepción corresponde a instaladores de gas natural certificados, pues son los únicos capaces de ofrecer soluciones oportunas, con los estándares de calidad necesarios para evitar daños y accidentes. 
Para prestar servicio en las comunidades y llevar el combustible a los hogares, ellos deben cumplir con el registro de instaladores de gas natural en condición de personas jurídicas; esto no es un simple documento o trámite legal, es la garantía de que se trata de una empresa habilitada para tal fin y que el instalador, como técnico que realiza el trabajo,es un experto en la matería.
Sin duda alguna, los instaladores son verdaderos profesionales, conocen del gas natural y sus propiedades, de las tuberías y su funcionamiento, y por supuesto, de las calderas y estructuras que trabajan gracias a este tipo de energía. Ellos son capaces también de identificar riesgos, dar indicaciones precisas sobre las normas de uso y muy especialmente, orientar a los clientes sobre la forma de actuar ante posibles fugas o daños, tanto en el sistema como en los aparatos.
Asimismo, contratar un instalador certificado para cualquier trabajo trae consigo tres beneficios adicionales: reparaciones, mantenimientoy garantía, siempre con el respaldo de un equipo responsable y comprometido con el bienestar de los contratantes del servicio y por supuesto, de los trabajadores involucrados y de la comunidad en general.
Avances y protección por ley
Ser un instalador certificado no es un capricho, sino una cuestión de ley, por ello, existen diferentes instancias que regulan su uso y distribución; entre ellos, la Ley de Hidrocarburos, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, y el reglamento de distrubución y utilización de combustibles gaseosos.
El objetivo es proteger este recurso natural que ofrece serias alternativas de ahorro energético y conservación ambiental, sin dejar de lado la seguridad y el bienestar de los ciudadanos y las comunidades que han optado por elegirlo como método de combustión en sus hogares y comercios.