Inicialmente, cuando empezó a aplicarse el coaching de equipos como método para impulsar el desarrollo laboral, tenía un enfoque personal en el que se buscaba mejorar el desempeño de un individuo, a través de una evaluación que ayudaba en su autoestima, la motivación profesional, la comunicación interpersonal, etc.
Los avances individuales que se obtuvieron impulsaron esta técnica hacia otros niveles, aplicándose a grupos de trabajo que necesitaban una orientación adecuada, para perfeccionar la interacción. El autoconocimiento, la reflexión, el análisis y el reforzamiento de las habilidades y talentos son los objetivos principales de esta metodología.
Por esta razón, hoy en día, una gran cantidad de empresas buscan a profesionales que se especialicen en esta área para fortalecer las relaciones entre los miembros, puntualizar los roles que posee cada uno y definir las estrategias que se manejan dentro de una oficina. El resultado de este esfuerzo es optimizar el rendimiento grupal, generando los siguientes beneficios:
- Valorar el funcionamiento interno de los equipos.
- Potencia una visión única.
- Superación de retos colectivos.
- Rápida adaptación a los cambios.
- Creatividad ante los momentos complejos o crisis.
Objetivos y metas del coaching de equipos
A la hora de aplicar este mecanismo, es fundamental tener en cuenta estos puntos para alcanzar unas expectativas a futuro:
- Fomentar la identidad y el espíritu del grupo: si se trabaja en conjunto es más fácil superar los desafíos que se platean, que si lo hacen aislados por su propia cuenta.
- Despertar el sentido de pertenencia: sentirse como parte de algo ayuda a fortalecer el compromiso.
- Comunicación positiva: la interacción y el flujo de información es básica en los equipos.
- Corrección de errores: las dificultades tienen que verse como oportunidades de crecimiento, para construir.
- Debate constructivo: pensar diferente es natural entre los seres humanos, por lo que se debe aprovechar para crear tácticas distintas.
- Liderazgo según las circunstancias: cada quien debe asumir el papel en el momento que le corresponda y tener presente las funciones que cumple.
Luego de realizar estos análisis y empezar con un plan que apoye esta misión, solo queda darle un seguimiento a las diferentes fases y, en especial, darle la confianza a ellos para que evolucionen.